Victoriosos en las pruebas
VICTORIOSOS EN LAS PRUEBAS
Probo Dios a Abran y le fue contado por justicia.
Si leemos detenidamente la vida de Abran, veremos que no solo fue probado en relación con su hijo Isaac, sino que también fue probado en toda su vida.
Y así los grandes hombres y mujeres de la fe, fueron probados, desde el principio al fin de sus días, Isaac, Jacob, Moisés, Josue, Noemí, Ester, etc., el pueblo de dios en el desierto, los Apóstoles, y así toda la iglesia, durante 2000 años.
Dios nos prueba, Dios le dijo a Abran, ve delante de mi y se perfecto, en todos tus caminos, el Señor nos conduce hacia la perfección en nuestra vida, y para eso debemos vivirla, bajo obediencia para poder llegar, y en ese plan nuestro camino, va a ser posible que llegue a la perfección, solamente si obedecemos, poniendo en practica su guía, y aceptando las pruebas.
Recuerdo cuando era yo niña, cursaba el sexto año de la escuela primaria, cuando cierto día señalado, llegaba la maestra, y nos decía: guarden los libros, saquen una hoja, hoy tenemos prueba, esa prueba mensual permitía a la maestra evaluar, nuestro grado de adelantamiento, en nuestro aprendizaje, y a nosotras nos servia, porque en el resultado de la prueba, nos dábamos cuenta, donde, debíamos reforzar para poder pasar de grado.
Este es el motivo de las pruebas de Dios, este es el método, como esta escrito en Santiago 1: 12: van a tener que pasar por distintas pruebas, porque la prueba produce paciencia, y la paciencia carácter aprobado.
Ahora bien, cuando vienen las pruebas, ¿tomamos toda la armadura de Dios, para resistir, o nos metemos en el baño, o faltamos, para evitar la prueba? , a nadie perjudicamos más que a nosotros mismos, el aceptar la prueba, nos armamos de paciencia, nos preparamos, y avanzamos en nuestra vida espiritual, para acender un escalón más.
El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre, la vida cristiana, no es precisamente un continuo vacacionar, y ser salvo.
Es toda una carrera de fe, la fe aumenta solo en las pruebas, y la perseverancia, el aguante, de una vida consagrada, y de santidad...
Renuncia a ti mismo toma tu cruz y sígueme, así nos manda el Señor, tomar la cruz, significa, nada más, que aceptar el derrotero, de nuestro Señor Jesucristo.
No el que me dice Señor, Señor, entrara al reino, sino solo el que hace la voluntad de Dios.
Entonces en base a todo esto cabe la pregunta, ¿Estoy andando como El anduvo?
Dice en 1 de Pedro 6 y 7: En esto os regocijáis grandemente, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, seáis afligidos en diversas pruebas, para que la prueba de vuestra fe, mas preciosa que el oro, que perece, aunque probada por fuego sea hallada, que resulte en alabanza, gloria y honor, en la revelación de Jesucristo. Aleluya.
Beatriz M. de Raya.