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LAS NACIONES BENDECIDAS POR LA IGLESIA

LAS NACIONES BENDECIDAS POR LA IGLESIA

 

Que todas las naciones serán benditas en Abraham y en su simiente. Este es el evangelio resumido en una frase. Así nos lo da a entender Pablo en Galatas 3:8. El lector atento podrá discernir en el texto la sustancia de lo que Jesús y los apóstoles predicaron. Ellos predicaron "el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo" (Hechos 8:12; 28:29-31). El anuncio hecho a Abraham no es más ni menos que estas cosas comprimidas en una frase, puesto que anuncia en forma general lo que otras Escrituras revelan en forma detallada. Habla de la bendición universal en relación con Abraham y Cristo; mientras tanto, otros pasajes ponen en claro el proceso por el cual las bendiciones son realizadas: primero, en lo que se refiere a individuos, y luego, en relación con las naciones. Debe ser evidente que esto aún no se ha realizado. Las naciones no están en estado de bendición. No sólo sufren el peso del mal gobierno, sino también viven en un estado de pobreza, ignorancia y miseria, lo cual es contrario al estado de bendición. El mundo yace en maldad. Abraham y su simiente son desconocidos, excepto como objeto de escarnio. Aun en la "feliz Inglaterra," la incredulidad y el vicio están a la orden del día. Existe una apariencia externa de piedad: muchos edificios de iglesias y capillas, enseñanza dominical, sermones, oraciones, colectas, ferias, etc.; pero, ¿qué hay dentro sino podredumbre y huesos de muertos? La gente que hace estas cosas es egoísta, supersticiosa o ignorante. Hay poco temor de Dios o respeto por su palabra. Existe mucho temor al hombre y amor por el mundo. La gente está engañada y degradada; sus cerebros confunden el paganismo con el cristianismo y sus corazones están corrompidos por las exigencias de las clases sociales y la ganancia deshonesta.

Las naciones aún no están benditas en Abraham y su simiente, pero lo estarán, pues leemos:

"He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio... No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos. Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente." (Isaias 32:1,3,4)

"En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas. Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aún los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel. Porque el violento será acabado, y el escarnecedor será consumido; serán destruidos todos los que se desvelan para hacer iniquidad." (Isaias 29:18-20)

"Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo." (Isaias 35:4-6)

"Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos." (Malaquías 1:11)

"Los arcos de guerra serán quebrados; y hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra." (Zacarías 9:10)

"Vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová." (Zacarías 8:22)

"Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo." (Zacarías 2:11)

"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar." (Habacuc 2:14)  vea tambien Is.21-5, Miq.4:1-4. Son números los versículos al respecto.

"Te temerán mientras duren el sol y la luna, de generación en generación. Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; como el rocío que destila sobre la tierra. Florecerá en sus días justicia, y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna... Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará la vida de los pobres. De engaño y de violencia redimirá sus almas y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos... Sea su nombre para siempre, se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en él todas las naciones; lo llamarán bienaventurado." (Salmos 72:5-7, 12-14, 17) Los profetas describen con frecuencia la Era Mesiánica, donde las naciones han de servir a Dios y conocer Su voluntad;  Is.2:2; Miq.4:1; Jer.3:17; Sof.3:9; Zac.8:20-23;  donde hay paz y justicia internacionales, Is.2: 4; Miq.4:3; y paz en la naturaleza, Is.11: 6;  65:25; Donde el pueblo de Dios habitará en seguridad  Miq.4: 4; Is.65:21-23; y prosperidad Zac.8: 12; y la ley de Dios escrita en sus corazones.  Jesucristo reinando y gobernando las naciones, Is.9: 6,7;  11:1-10;  Jer.23:5; Ezeq.34:23;  37:24; Miq.5:2-4; Zac.9:9; etc.

 


Estos testimonios ilustran las bendiciones garantizadas a "todas las familias de la tierra" en las promesas hechas a Abraham: muestran en qué consiste la bendición en su total desarrollo. No es una bendición imaginaria sino la concesión de aquellas dádivas abundantes que el mundo entero anhela, pero no sabe cómo conseguir. Sin embargo, estas bendiciones no serán efectivas sino hasta que el reino de Dios venga. No pueden ser logradas antes de tal tiempo, puesto que se necesita un gobernante justo e irresistible para expulsar a los otros gobernantes del lugar y el poder, antes de volverlas realizables. Se requiere poder, sabiduría, justicia y misericordia concentrados en un rey universal antes de que las naciones puedan ser hechas justas, prósperas y felices. En pocas palabras, se necesita que Cristo, la simiente de Abraham, tome en sus propias manos todos los asuntos del mundo antes de que pueda haber "¡gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" Esta bendición de Abraham se realiza individualmente, en el tiempo presente, en la medida en que la gente se apropia de las promesas por fe, viniendo a ser herederos de la exaltación futura por medio de la sumisión a Cristo en el presente. Pero el estado de cosas pactado con Abraham en las promesas no podrá ser realizado sino hasta que el mismo Abraham herede la tierra, y su simiente posea las puertas de sus enemigos.

Este estado, es futuro aun. Nosotros creemos que será muy pronto, pero aun así, es futuro. En el presente esa “simiente”(la iglesia) sé esta formando. Ver Estudio 2.

 

 



 

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