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EL SEXO

"OBRA  SANTIFICADORA  DEL ESPIRITU"

(EL  SEXO)

 

Y se puede decir, como a veces hermanos jóvenes nos dicen también, estamos bombardeados, por el sexo, como ser santos en un mundo lleno de pecado y de maldad.

Primero es necesario, haber sido bautizados por Jesucristo, en arrepentimiento y luego estar dispuestos a convertirnos, en una continua obediencia a su palabra, y luego el mismo, Jesús nos guía a una santificación plena, sin estos pasos, y solamente con teoría, fantasías espirituales, no podremos lograr nada, que cuesta, es la puerta angosta, pero no imposible, los valientes pueden, los que creen al Evangelio verdadero, tendrán fuerzas para vencer, pero para vencer hay que luchar.

Esto les escribe Pablo, a los Hebreos, 13: 4.

Honroso sea el en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla, pero a los fornicario y a los adúlteros, los juzgara Dios.

Esto es terminante, en el principio el matrimonio es instituido, y planeado por Dios, para la perfecta, reproducción de la especie animal, humana, el Señor lo ha hecho deleitoso, no para el abuso, de mentes enfermas, llenas de pecado, sino para que no si extingan las especies.

Todo el secreto esta en el saber oír, que oír, y oír bien, la buena tierra responde, la otra espinos y cardos,

El Señor creo el acto sexual placentero por misericordia, no para calmar apetitos sexuales desenfrenados.

La intimidad sexual se reserva, para la relación matrimonial, y Dios bendice, no en pasión de concupiscencia, sino en amor, solo así Dios ordena y honra, el placer físico y emocional que resulta, de la relación matrimonial fiel, aceptando los hijos que de ese amor, lleguen.

Los creyentes deben ser puros, en los aspectos morales y sexual.2Cor.11:2. Tito 2:5, 1 Pedro 3:2. La expresión, sin mancilla (griego hagnos o amiantos) quiere decir libres de toda contaminación de lo que es, o genera sensualidad.

Los estímulos sexuales que mancillan la pureza espiritual, de la persona en pasión de concupiscencia.

Dios bendice la relación matrimonial solo en este estado, Génesis 2:24, Kant.2:7, 4:12.

El adulterio la fornicacion, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos, (Efesios 5:3) quiere decir que la vida del creyente debe ser apartada, y bastante, diestra y apartada, para conducirnos, apartados del mal, y eligiendo lo que es bueno, no a nuestros ojos, sino a los de Dios.

Se consideran pecados de muerte. Para Dios al practicarlos, (el ocuparse de la carne es muerte, pero ocuparse del espíritu es vida y paz, ROM. 8:6.

Todos los medios difusivos, están al servicio de Satanás, no solo se nombra todo, lo no debido, sino también se ve.

Como un creyente camino a santificarse, puede permitir, semejante, permiso de dejar entrar en su casa, al enemigo, de forma tan tranquila, no piensa en si mismo ni en su esposa, ni en su familia, esta es otra de las cosas, primordiales que tenemos que tener en cuenta, porque cree que Satanás, elige los medios difusivos, para ataque, eficaz y certero, sin error de intención, Porque sabe que el creyente, que de veras quiere santificarse, no puede, porque no tiene defensa. Usted puede tomar toda la armadura del espíritu Efesios 6: 10. Pero al mismo tiempo, quiere gozar de los placeres, que brinda, el mundo con su desenmascaro, y no se apercibe, su vida espiritual, va a estar frenada de tal forma, que cada vez va a ser atrapado en la red del error, no se equivoque un poco de levadura, leuda toda la masa.

La inmoralidad y la fornicacion incluye, no solo el coito prohibido fuera del matrimonio, sino cualquiera auto satisfacción, sexual , o relaciones sexuales fuera del matrimonio, prenupciales también.( Levítico 18:6-30. 20:11, 17,19-21.

El creyente debe ejercer el dominio propio en lo concerniente, a todos los asuntos sexuales, antes durante y después del matrimonio, la Biblia menciona el dominio propio como, un fruto del Espíritu indispensable para la salvación, la conducta positiva y pura, que esta en contraste con los estímulos, y satisfacciones inmorales, el adulterio y la fornicacion.

La entrega por la fe a la voluntad de Dios, con respecto a la pureza abrirá el camino para recibir, la fortaleza y el don del dominio propio, por medio del Espíritu.

¡ALELUYA!

 

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